Sí amigos, puede que no lo parezca pero como decían Los Módulos allá por la primera mitad de los 60, todo llega a su fin. Porque La Hora Funkfarrona, como programa radiofónico, se despide. La decisión fue tomada en consenso por todos los miembros del programa (osea entre yo y yo, para que quede más claro) y la mejor idea era dejarlo en lo más alto, no de pico de audiencia pero si de surrealismo hecho programa. Porque, seamos sinceros, si no me hubiera ido yo, me habrían echado cuál Makelele del Real Madrid ya que la RUAH, como cualquier radio universitaria o no, sigue unos código éticos que no cumplí desde el momento que dije que quería hacer un programa.
Aunque para ser más sinceros, esa no es una razón para dejarlo, era un simple comentario nocturno. La razón por la que un servidor dejará de emitir programas por las ondas cibernéticas y analógicas se debe a un concepto que Stephen Hawkings quiere deformar hasta que desaparezca: el tiempo. A medida que el tiempo pasa y uno crece, las responsabilidades también. Y pese a esta frase sacada de la película infantil más edulcorante de Hollywood, al fin y al cabo, aunque no lo parezca, hacer durante demasiado tiempo lo mismo llega a cansarme, y mis ideas iniciales se difuminaron como las expectativas de Kaká. Pero, referencias futbolísticas aparte, la pregunta que algunos (los pocos que leeréis esto) se harán es: ¿Que va a ocurrir con LHF? Realmente, no lo sé. Como avisé en el último programa, el blog no se cerrará así todo el mundo del planeta Tierra podrá difundir la palabra del funk allá dónde quiera y sin ánimo de lucro, que yo no tengo parentesco con el Osito Bautista. Y, aunque no es seguro, hay ideas para seguir desde casa con el programa, esta vez de forma mensual y no semanal y con dos horas de duración, en las que mi voz quedará reducido a nulo, para alivio de un servidor cuya voz se apagaba a medida que pasaba la locución debido a la falta de aire y otros productos más alucinógenos.
Sueños y elucubraciones aparte, no quería despedirme sin daros las gracias de nuevo a vosotros, los que habéis escuchado o descargado este programa desde vuestra casa para disfrutar de una hora de funk, soul, jazz, latin...y también, como no, a la gente de la RUAH, a los cuáles no conocí mucho, pero de los que me alegro de haber compartido opiniones y conversaciones de todo tipo, y alguna que otra reunión todo hay que decirlo. Y tras una experiencia así, uno ve la vida de otra manera, más negra, más oscura. Pero en el sentido más funk de la palabra. Paz a todos, funkfarrones y funkfarronas.
Me gustó tu pseudodespedida, pseudo por lo de que sigues con el blog, y despedida por lo que dejaras libres las ondas.
ResponderEliminarPD: yo sólo soy un admirador anónimo llamado David Swhwimmer
Sí que suena a despedida, pero sabes que en los Sultanes tienes tu hueco funkfarrón;)No sé cómo lo verás, pero las conversaciones del sofá de la RUAH siempre dan para mucho, así que por las redes o por las ondas, o por los bares (sobre todo esto último;)...nos oímos!!:)
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